Alcalá del Júcar.
Enclavada en una hoz y bordeada por el río que le da nombre, encontramos la localidad albaceteña de Alcalá del Júcar.
Este pintoresco pueblo, situado en la comarca de la Manchuela, es una opción ideal para una pequeña escapada de fin de semana, disfrutar del aire libre, desconectar y recargar pilas.
Por la A3 y tomando después el desvío de la CM 3201, llegamos al pueblo. El puente romano de piedra que une las dos orillas del río Júcar nos da la bienvenida. Ya empezamos a admirar la belleza del paisaje, naturaleza plena.
Entrada cruzando el Puente Romano, panorámica sobre la Hoz de Júcar
Puente de la Rambla
Iglesia Parroquial de San Andrés
Construida en granito, y de estilo academicista, obra del arquitecto Lorenzo Alonso, se alza esbelta la torre de la Iglesia de San Andrés.
Vista de la Iglesia desde el Castillo
En lo alto de la hoz, y divisando la ciudad se sitúa el castillo de origen almohade que data de los siglos XII-XIII.
Actualmente queda en pie el torreón principal de planta pentagonal y dos torrecillas cilíndricas adosadas en dos de su ángulos además de algún resto de la primitiva muralla que lo circundaba.
Además del las impresionantes vistas del entorno, dentro del castillo podemos contemplar una exposición permanente de esculturas realizadas en hierro, obra de Lucas Karrvaz
Escultura de El Quijote, en el interior del Castillo
Escultura niño y castillo
Escultura Torero
La plaza de Toros.
Pintoresca por su estilo irregular, se apoya por uno de sus lados en la pendiente de la ladera de una montaña. Aunque su fecha de construcción es desconocida, nos recuerda a los anfiteatros de la época romana. A principios del siglo XX fue reconstruida y ha sido destinada tanto a festejos taurinos como a otros culturales.
Plaza de Toros, Alcalá del Júcar
Vista del pueblo con la vista del Castillo y la Iglesia
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